LOS
FIDEOS
VAN CON
TODO

Además de todos los beneficios que ya conocemos de la pasta, debemos prestarle especial atención a las posibilidades que esta nos brinda para la alimentación de los niños. No solo es uno de los alimentos preferidos por su sabor, sino que también posee propiedades que favorecen el desarrollo y el crecimiento de los niños según ha sido comprobado científicamente. Veamos:

• La pasta es uno de los primeros alimentos que se les puede dar a los bebés luego del destete (entre los 7 y los 8 meses de vida). Al ser un alimento de granulometría(1) muy reducida y fácil de masticar, favorece la transición del niño hacia alimentos sólidos. Además, los Hidratos de Carbono complejos (como los de las pastas de sémola de Trigo Candeal) son una estupenda fuente de energía durante este importante período de la Alimentación Complementaria(2).
• A través de la pasta, podemos introducir alimentos que muchas veces los niños se niegan a consumir. Se puede comenzar por las verduras de fácil digestión como papas, zanahorias, batatas y zapallo, a fin de acostumbrarlos gradualmente a diferentes tipos de alimentos y sabores.
• Además de su aporte de energía, la pasta de Trigo Candeal puede proporcionar otros importantes beneficios para la alimentación de los chicos debido a su:
• Bajo índice glucémico.
• Fácil digestión.
• Bajo aporte de grasa y sodio.
• Aporte de vitaminas del grupo B, importantes para el sistema nervioso central(3) .
• Además, no posee químicos ni conservantes de ningún tipo.

El consumo de fideos a medida que se crece

edad	número de comidas diarias recomendadas	aporte calórico de leche materna (% total del aporte requerido)	recomendaciones
0 a 6 meses	Leche materna a demanda	100%	Lactancia materna Exclusiva por su efectiva respuesta a las demandas nutricionales, inmunológicas y emocionales
6 a 7 meses	Leche materna + 1 comida inicial	60-70%	a partir del octavo mes podemos incorporar pasta en las papillas (las cuales deben ser de consistencia especa) o bien elegir fideos chicos (tipo soperos) o finos (como cabello de ángel) preferentemente de trigo candeal. Los mismos pueden combinarse con carnes desmenuzadas, quesos, manteca o aceite vegetal (en pequeñas cantidades), y algunas verduras y hortalizas.
7 a 8 meses	Leche materna + 2 o 3 comidas
9 a 12 meses	Leche materna + 3 o 4 comidas	40-45%	Podemos incorporar fideos soperos chicos tipo “coditos”. Las porciones de pasta podrán ser más abundantes (en torno a los 40 g.) y utilizarse eventualmente como guarnición. Podremos añadir salsa de tomate (sin piel, semillas ni picante) o salsa blanca y queso de rallar.
Fuente: “Guías Alimentarias para la población Infantil 2010”. Dirección nacional de Maternidad e Infancia, Ministerio de Salud de la Nación.

Una de las claves para el cuidado de la salud infantil consiste en moderar el consumo de alimentos ricos en calorías, grasas y azúcares, y no en la reducción de los hidratos de carbono. El documento “Sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes”(4) del Ministerio de Salud de la Nación sugiere “promover el consumo de carbohidratos complejos (como los de las pastas) en lugar de los HdeC simples (galletitas dulces, golosinas, alimentos de copetín, snacks, etc.)

Es necesario desarrollar en el niño el gusto por alimentos saludables a temprana edad, puesto que es en esta etapa dónde se definen muchos de los patrones alimenticios que van a perdurar el resto de la vida. En este sentido la pasta constituye una plataforma inmejorable para incorporar aquellos alimentos que deben ser consumidos con mayor frecuencia (pescado, las verduras y legumbres).

Una contribución adicional de la pasta en el marco de un plan alimentario consiste en favorecer la saciedad y evitar la sensación de hambre entre comidas(5).

El importante rol del adulto en el seguimiento de la dieta.

Los niños no pueden elegir el entorno en el que viven ni los alimentos que consumen. Asimismo, tienen una capacidad limitada para comprender las consecuencias a largo plazo de su comportamiento alimenticio.

Aquellos niños que hoy padecen sobrepeso u obesidad tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y es más probable que padezcan tempranamente enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes o alteraciones cardiovasculares(6) .

Si bien el sobrepeso y la obesidad son enfermedades prevenibles, el camino hacia una vida libre de estos problemas suele presentar algunos obstáculos:

1) Si los padres sufren de sobrepeso, esto nos puede estar hablando de una predisposición biológica o bien de un entorno familiar o ambiente que induce a la obesidad(7) .

2) El estilo de vida actual nos aleja de la comida familiar y la preparación de alimentos caseros. En muchas ocasiones los niños comen solos.

3) La llegada de la adolescencia agudiza los hábitos y comportamientos alimenticios no saludables. Debemos procurar que los niños lleguen a esta etapa habituados una correcta alimentación y con un buen nivel de información.

4) Los niños se encuentran permanentemente estimulados a consumir alimentos ricos en calorías y pobres en micronutrientes (golosinas, snacks, gaseosas, jugos artificiales, alimentos envasados, comidas rápidas, etc.).

5) El estilo de vida actual también fomenta el sedentarismo (Tv, computadoras, videojuegos) y atenta contra la práctica regular de deportes y la vida al aire libre.

• Podemos incluir fideos como ingrediente en las papillas de los bebes a partir del séptimo mes de vida. A partir del noveno mes, podremos además optimizar la pasta incorporando verduras, salsas sin condimentos y quesos.
• Incentiven el consumo de agua durante la comida, ya que es necesaria para que la fibra aportada por los alimentos pueda ser aprovechada.
• El consumo de calorías vacías durante el día puede inducir a los niños a ingerir menos alimentos saludables cuando se sientan a la mesa. Modere la cantidad de golosinas y de bebidas azucaradas entre comidas, y reserve este tipo de alimentos solo para ocasiones especiales.
• La mayoría de los niños saben qué cantidad de comida necesita su cuerpo. Permítale decidir cuánto alimento desean ingerir. No es necesario contar las calorías, hacer que paren de comer ni decirles que coman un poco más. Es preferible ofrecerles porciones moderadas y darles la opción de repetir.
• Incorporen nuevos alimentos a la dieta de forma paulatina. Es esperable que algunas opciones sean rechazadas al principio. Dejen pasar algunos días, y vuelvan a insistir.
• Recuerden que la relación de los niños con los alimentos suele ser cambiante. Quizá les agrade un alimento un día, pero al siguiente, ya no les guste. También puede ocurrir que demanden solo uno o dos alimentos durante una semana o más. Esto se considera normal.
• No utilicen la comida como premio. Esto predispone al niño a comer por motivos distintos al de tener hambre. Es preferible recompensarlos con actividades especiales o con paseos al aire libre.

Otros consejos útiles provistos por el Ministerio de Salud de la Nación:

• El bebé necesita tiempo para acostumbrarse a los nuevos sabores.
• Para una mejor digestión, los alimentos deben estar triturados, rallados, o preparados en forma de papilla.
• Es recomendable primero amamantar primero y después ofrecerle alimentos distintos a la leche.
• Las comidas deben ser espesas. Las preparaciones líquidas (sopas, caldos, jugos) no cuentan con suficientes elementos nutritivos porque tienen mayor cantidad de agua.
• Es muy importante contar con un entorno higiénico a la hora de preparar los alimentos, y que el agua con la que se cocina sea segura o potable.
• Es bueno que el niño tenga su propio plato desde que comienza a comer. De esta forma, se puede saber cuánto come cada vez.
• Es muy importante que la persona que alimente al niño lo mire, le hable y le sonría.
• Es conveniente usar una cucharita pequeña, de bordes lisos y suaves. Cuando el bebé empieza a comer con cuchara suele sacar la lengua, y parece que rechaza la comida; sin embargo, no es así. Si se le pone el alimento en el centro de la lengua, no lo escupirá.
• De a poco, el niño reconocerá que el momento de la comida es una rutina placentera en la que puede participar activamente. Ofrezcámosle una cuchara para que pruebe a comer por sí mismo, hablándole de lo que le estamos dando.
• Es mejor incorporar los alimentos de a uno por vez para ver si el niño los acepta y para detectar posibles alergias.
• Si el bebé se enferma, no hay que reducir ni suspender su alimentación. Al contrario, hay que mantener la lactancia materna y ofrecerle comidas simples durante períodos más cortos.